Consejo 3: cambiar el agua más a menudo
Para obtener buenos resultados, es aconsejable cambiar el agua de vez en cuando mientras se limpian las ventanas. Si los marcos y ventanas están especialmente muy sucios en el exterior, deberías cambiar el agua a menudo. Porque si el agua de limpieza está sucia, ya no limpiarás las ventanas, sino que extenderás una fina película de suciedad en los cristales.
Para evitar tener que cambiar el agua después de limpiar cada ventana, podrías hacer, por ejemplo, lo siguiente:
Primero limpia el interior de varias ventanas y después el exterior. Porque en el exterior, los marcos y las ventanas suelen estar tan sucios que el agua se ensucia en poco tiempo. O sino, puedes usar un segundo cubo y un segundo paño para «prelimpiar» los marcos y las ventanas.
Consejo 4: proteger el suelo
Antes de empezar, cubre las partes del suelo que sean más delicadas, como el parquet o las alfombras. Puedes colocar una toalla vieja justo en el borde de las ventanas. Ten preparado un paño seco para poder recoger el agua que goteé al finalizar, y así limpiar los marcos para que se sequen.
Consejo 5: ordenar y reorganizar al acabar
Aprovecha la oportunidad de limpiar las ventanas, para ordenar y deshacerte de cosas que acumulas y ya no te sirven.