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La relevancia climática de nuestra alimentación

Como comer de una manera más respetuosa con el clima

Para empezar, en Alemania, la alimentación es responsable de una quinta parte de todas las emisiones de gases de efecto invernadero perjudiciales para el clima. Este cálculo incluye el cultivo y la elaboración, las rutas de transporte, el almacenamiento y el comercio, pero también los hogares privados. Una quinta parte es muchísimo. Pero veámoslo de forma positiva: podemos marcar una gran diferencia y contribuir a la protección del clima todos los días y de forma sencilla.

6 consejos para una dieta respetuosa con el clima

Consejo 1: da preferencia a las alternativas basadas en plantas

Si comparamos el balance climático de los alimentos de origen vegetal con el de los alimentos de origen animal, las verduras, las legumbres y también las alternativas lácteas o cárnicas funcionan mejor. Y en algunos casos de manera significativa. Simplemente porque la producción de alimentos de origen animal requiere mucha más terreno y energía que la de alimentos de origen vegetal. Una regla general dice: se necesita un promedio de siete calorías en forma de alimento vegetal para producir una caloría de alimento animal, y eso también se refleja en la huella de carbono. La producción de un kilo de carne de vacuno, por ejemplo, libera 14 kilogramos de equivalentes de CO2, en comparación con las verduras frescas, que liberan solo 150 o 200 gramos. Estos son los resultados de un estudio del Instituto de Investigación Energética y Ambiental de Heidelberg (ifeu)¹.

El balance de la leche y la mantequilla parece similar. Mientras que la huella de CO2 para un kilo de leche es de 1,4 kilogramos, una alternativa de base vegetal como la avena o la bebida de almendra sólo tiene una huella del 0,3. Y si consideramos que se necesitan unos diez litros de leche para un kilo de mantequilla, estas cifras no nos sorprenden: la huella de CO2 para un kilo de mantequilla equivale a nueve kilogramos de CO2, mientras que la de la margarina es de 1,7¹.

Todo esto no quiere decir que tengas que renunciar a tu asado de los domingos o a un sándwich de mantequilla, pero no tengas miedo de reemplazar estos alimentos con alternativas basadas en plantas. Puedes mejorar de forma sostenible el equilibrio climático con tu alimentación.

Consejo 2: compra alimentos ecológicos

El hecho de que la agricultura produzca gases nocivos para el clima es inevitable. Pero la agricultura orgánica emite menos de estos que la agricultura convencional. El Instituto Thünen sitúa la diferencia en una tonelada de CO2 por hectárea, otras fuentes incluso mencionan 1,5 toneladas. Además, los suelos sanos y ricos en humus, como los que se encuentran principalmente en las tierras cultivadas orgánicamente, fijan el CO2.

La estructura de grano fino de la capa de humus también protege contra las sequías y las inundaciones, los típicos efectos secundarios del cambio climático.
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Consejo 3: da preferencia a los productos de frescos de temporada de tu región

Las fresas se deberían comer cuando están de temporada: en verano. Considera las frutas exóticas como son: una rareza. Después de todo, ambos — incluyendo las fresas importadas en invierno- han recorrido un largo camino y, por lo tanto, tienen una considerable huella de CO2, especialmente si el producto ha viajado en avión. A modo de comparación, una piña transportada por avión a Alemania tiene un impacto de 15 kilogramos de CO2 equivalente por kilogramo de fruta, mientras que 1 kilogramo de manzanas de temporada y regionales tiene un impacto de sólo 0,3 kilogramos de CO2 equivalente, según el estudio del Instituto ifeu¹.
Nuestra recomendación climática: seguir el calendario estacional. Los espárragos y el ruibarbo llegan en primavera, las zanahorias frescas y la lechuga un poco más tarde y en los meses de verano podemos aprovechar toda la gama. El otoño trae patatas, col, calabaza y remolacha, que se son fáciles de almacenar, incluso para el invierno.
Además de la estacionalidad, también son bienvenidas las distancias de transporte cortas. Siempre que sea posible, opta por productos de tu región. Con una excepción: si tienes que viajar en coche para comprar unos pocos kilos de manzanas o patatas, no tiene mucho sentido desde la perspectiva climática.

Desayunos ricos en fibra
Variedad italiana

Consejo 4: haz tus compras en bicicleta o a pie

Deje el coche en casa, sobre todo para las compras pequeñas. Un viaje de diez kilómetros en un coche de tamaño medio genera alrededor de 2,5 kilogramos de CO2 equivalente³. En lugar de eso, usa tu bicicleta, el transporte público o ve caminando. Después de todo, los viajes innecesarios en coche anulan rápidamente los beneficios de la elección de alimentos respetuosos con el clima.

Si aun así necesitas el coche para ir de compras, planifícalo bien y, si es posible, aprovecha para realizar más tareas por las cuales también tengas que coger el coche. También puedes ofrecerte para compartir el coche en tu vecindario y entre sus conocidos.

Consejo 5: evita los alimentos innecesariamente empaquetados

Deja los alimentos innecesariamente empaquetados en las estanterías y ve a por los sistemas reutilizables. El vidrio desechable en particular tiene un pobre balance energético⁴. Compra fruta y verdura a granel y ponlo en bolsas que traigas desde casa.

 

Consejo 6: manipula la comida con cuidado

Solo en España, 7,7 millones de toneladas de alimentos terminan en la basura cada año⁵. Esto pasa en la agricultura, en la elaboración y en el comercio. Pero la mayor parte de la carga recae en los propios consumidores, es decir, en nosotros. Por persona se desperdician 179 kilogramos de comida, según elEconomista.es⁵. Esta cifra es muy relevante para el clima - después de todo, muchos de gases nocivos para el clima se produjeron completamente en vano.

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Te recomendamos:

  1. Planifica bien tus compras
  • Echa un vistazo al frigorífico y a la despensa: ¿qué es lo que pronto pasará de la fecha de caducidad, qué es lo que hay que aprovechar?
  • No planees la compra con hambre y, desde luego, no vayas a comprar con hambre.
  • Escribe la lista de la compra.
  1. Comprueba los alimentos cuya fecha de caducidad ya ha pasado con todos tus sentidos. A menudo siguen siendo comestibles mucho más allá de esta fecha.
  2. Ve a las tiendas y compra frutas y verduras que no se ajusten a la norma — la forma o el tamaño rara vez tienen algo que ver con el sabor.
  3. Almacena la comida apropiadamente.
  4. Usa un producto tanto como puedas. Usa la parte verde del colinabo para hacer una buena ensalada y la de la zanahoria para condimentar sopas, solo por dar dos ejemplos. Sé creativo y valiente al usar las sobras.

¿Lo sabías?

Un poco de climatología

Nuestra tierra está rodeada por una fina capa, la atmósfera. Esta está compuesta por gases como el vapor de agua, el nitrógeno, el oxígeno, el dióxido de carbono (CO2) y algunos otros. Estos aseguran que parte del calor del sol se quede en la atmósfera y que la temperatura de la tierra aumente. Sin este efecto invernadero natural, la temperatura media de nuestro planeta sería de 18 grados centígrados bajo cero.
Sin embargo, si la composición de gas de la atmósfera cambia, habrá graves consecuencias. Si el contenido de CO2 y otros gases altamente perjudiciales para el clima, como el metano y el óxido nitroso, aumenta, las temperaturas en la Tierra se elevan. Desde el siglo XIX ha habido un aumento de aproximadamente un grado. Los efectos son enormes — este es el cambio climático.

¿Qué es la huella de CO2 de un alimento?

La huella de CO2 indica cuántos gases relevantes para el clima se produjeron durante la producción de un producto alimenticio. No se trata únicamente de CO2, sino también de otros gases de efecto invernadero, como el metano o el óxido nitroso. En la literatura técnica, estos gases son equivalentes de CO2. Conclusión: cuanto más pequeña sea la huella de CO2 de un alimento, más respetuoso con el clima es.

 

Fuentes:

¹ Estudio «Ökologischer Fußabdruck von Lebensmitteln und Gerichten in Deutschland», www.ifeu.de/projekt/oekologischer-fussabdruck-von-lebensmitteln-und-gerichten-in-deutschland/
² Informe Thünen 65 «Leistungen des ökologischen Landbaus für Umwelt und Gesellschaft», www.thuenen.de/media/publikationen/thuenen-report/Thuenen_Report_65.pdf
⁵ Informe de elEconomista.es «España es el séptimo país de la UE que más comida desperdicia, lo que equivale a tirar 3.000 millones anuales a la basura» https://www.eleconomista.es/empresas-finanzas/noticias/10053534/08/19/Espana-es-el-septimo-pais-de-la-UE-que-mas-comida-desperdicia-lo-que-equivale-a-tirar-3000-millones-anuales-a-la-basura.html