Variedad de calabazas
Los colores del otoño llegan a la estantería de las verduras: calabaza (cucurbita) en todos los colores, formas y tamaños a la espera de ser preparadas. Se conocen alrededor de 800 variedades diferentes de calabaza: calabaza oleaginosa, calabaza ornamental y calabaza comestible. A continuación presentamos las variedades de calabaza comestible más conocidas. Un consejo para tu compra: las calabazas deben conservar parte de su tallo, no tener marcas de golpes y sonar huecas cuando las golpeas.


Potimarrón (Hokkaido)
El lugar de origen de esta calabaza redonda se encuentra en la Isla Norte japonesa de Hokkaido. Su color naranja intenso es una característica distintiva, pero la calabaza Hokkaido también se encuentra en color verde. Ambas tienen una pulpa firme, baja en fibra, con un sabor aromático, ligeramente a nuez y una piel muy fina. Por lo tanto, un Hokkaido que sea ecológico no hace falta pelarlo antes de cocinarlo. Su peso puede variar entre uno y tres kilogramos (perfecto para una olla de sopa, risotto o verduras al horno cortadas en rodajas). Combina bien con las siguientes especias: jengibre y comino, chile o savia hervida en mantequilla.
Bonetera (Patisson)
Esta calabaza es bastante pequeña y plana. Debido a su forma tiene algunos apodos como por ejemplo, alcachofa de España o Peter Pan. La variedad más común es con la cáscara blanca, pero también puede ser verde o amarilla y no es necesario quitarla. También tiene una pulpa muy tierna y casi no tiene semillas. Se puede comer cruda, por ejemplo en ensaladas. Rellena y gratinada es muy popular en la cocina de otoño. O bien con encurtido agridulce, similar al pepino.
Variedad de calabazas
Espaguetti (Spaguetti Squash) (no está en la foto)
Su nombre no es casualidad, porque la carne de esta calabaza ovalada y alargada recuerda a los fideos espaguetis. Puede servir para una receta fácil de pasta de verduras alternativa: pincha la calabaza entera varias veces con un tenedor, hiérvela a fuego lento en abundante agua durante unos 30 - 40 minutos, pártela por la mitad y retira las semillas. Con un tenedor, retira con cuidado los hilos de la carne y ya se puede servir. Combina bien con la salsa de tomate clásica, mantequilla de salvia o aceite de oliva con queso parmesano recién rallado.

De invierno (Butternut)
Su nombre en inglés describe perfectamente el sabor de esta variedad de calabaza en forma de pera: discretamente mantecosa y con un ligero sabor a nuez. Su piel de color entre beige y amarillo claro se puede retirar fácil y rápidamente con un pelador. Se sirve en puré fino como guarnición o como sopa. Una receta que es una verdadera delicia es partirla por la mitad y rellenarla con champiñones, arroz y queso y cocerla en el horno.

Muscat (no está en la foto)
Un gigante entre las calabazas. Con su agradable olor, su aroma agridulce y su piel suave y a menudo estriada, esta calabaza no solo es popular en sopas o purés, sino que también queda bien cocinada en chutney y mermelada. Es más aromática cuando no está madura, como lo demuestra el color de su piel: pasa del verde oscuro al beige y al naranja. La calabaza grande se ofrece a menudo en cuartos y puede guardarse durante unos días en la nevera.

Consejo: ¿calabaza congelada?
La calabaza sin abrir puede almacenarse durante varios meses. Pero una vez cortada, debe consumirse en pocos días. Su congelación supone una alternativa. Para ello, corta la carne en dados y congélala en porciones (cruda, brevemente escaldada o en puré). Se puede hacer con cualquier tipo de calabaza.
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